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En otras entradas, ya hemos mencionado lo importante que es para el menor que tenga toda la información. Para explicarle la quimioterapia podemos recurrir a ejemplos sencillos. Le podemos decir que es el medicamento que va a ayudar a pescar todas las células malas de su cuerpo, pero que por el camino, también se llevará algunas células buenas. Por este motivo, aparecerán efectos secundarios: caída del cabello, diarrea, náuseas, vómitos, mucositis...
Abajo os proponemos una serie de estrategias o consejos dirigidos a cada uno de los efectos.
Pérdida del cabello
Al escuchar la palabra quimio, una de las imágenes más frecuentes que nos viene a la cabeza es la pérdida del cabello. Esta preocupa mucho a los padres, especialmente, a aquellos que tienen hijas e hijos adolescentes.
Preparación previa a la caída del cabello:
1. Comunicarle desde el primer momento que la medicina que tienen que ponerle hará que se le caiga el pelo. Siempre hay que destacarles el lado positivo. "Esta medicina hará que se te caiga el pelo, pero es muy importante porque es la que te va a curar".
2. Quitarle importancia. El pelo es algo secundario, luego crece más fuerte y sano, lo más importante es que te cures.
3. Enseñarles fotos de iguales o personajes fantásticos para que se sientan identificados. Recomendamos que haya una criba de imágenes para reducir el impacto emocional del niño.
4. Si aún así al niño le cuesta asimilarlo, podríamos presentarle a algún otro niño/a hospitalizado que esté pasando por lo mismo y que vaya más avanzado en el tratamiento.
Corte de cabello y pérdida del pelo:
A la hora de cortarles el pelo, hay madres y/o padres que deciden cortarse el pelo como muestra de apoyo hacia su hijo/a, otros que deciden hacerlo de forma gradual y otros que prefieren rapar el pelo desde el principio. Sea como sea, estas pautas se pueden generalizar a las tres situaciones.
Si decidís cortar el pelo de manera gradual, os recomendamos que tengáis en cuenta estos aspectos:
- Enseguida notaréis la cantidad de pelo que hay en la almohada de vuestro pequeño. Retiradlo antes de que el/ella se dé cuenta.
- Recuérdale, una vez más, que no se asuste, que el pelo crece y que la medicación es importante y necesaria.
Sin embargo, llegará un día en el que la pérdida del cabello será total. Llegado este momento, transmítele seguridad a tu hijo/a: ¿te acuerdas cuando te dije que llegaría un día que se te caería todo el pelo? No te asustes, sabíamos que esto iba a pasar.
¿Cómo reacciona el niño/a al verse por primera vez sin pelo?
La reacción más común y normal, es la de llorar, se sentirá avergonzado, tendrá rabia, estará enfadado... tendrá una mezcla de emociones. Como padres, debemos dejar que se exprese abiertamente y si tiene ganas de llorar apoyadle, abrazadle y comprendedle. Recordemos el cuento de El monstruo de colores.
¿Cómo trabajamos la pérdida del cabello?
1. Realiza analogías cariñosas. El niño se dará cuenta de que sus papás, mamás, y su familia en general, le quieren por cómo es el/ella y no por su aspecto físico. Por ejemplo: "ahora eres como un bebé y mi sitio preferido para darte un besito es la cabeza".
2. Utiliza pañuelos y/o gorras y decóralas con tu hijo. De esta forma no solo favorecerás el vínculo padre-hijo, sino que también es un forma de transmitir una actitud positiva al menor.
3. Respeta el proceso de asimilación. Hay niños que asimilan muy bien la pérdida del cabello, mientras que a otros les cuesta más. No debemos presionarles nunca. Si vuestro hijo decide que no quiere mirarse al espejo, respéta su decisión, ponle una gorra o un pañuelo en el baño para que cada vez que vaya al baño no tenga que mirarse al espejo.
¿Qué pasa si el menor no es capaz de asimilarlo por sí mismo? En este caso es posible que necesite la ayuda de un adulto. Llegará un momento en que será inevitable que se esconda de su imagen. Cuando se apague la tele, puede verse reflejado, cuando viaja en coche, su imagen queda reflejada en el cristal... Estos son situaciones cotidianas que no podemos ir evitando.
Uno de los miedos más profundos por los que pasan estos niños es la de sentirse feos, tener miedo a que sus hermanos/as no les vayan a reconocer o a no ser aceptados por sus amigos.
En primer lugar, aconsejamos que los padres desmitifiquen esos pensamientos. Una forma sencilla de hacerla, es que estando el menor delante, le pregunte a su padre o madre: Papá, ¿quién es Juan?, luego a su hermano, a sus abuelos, etc. El niño se dará cuenta de que toda su familia le apoya independientemente de su aspecto físico.
Si tiene hermanos, es importante que favorezcáis el vínculo entre ambos, que se quite el pañuelo delante del hermano, propiciar momentos de diversión, de abrazos y besos.
4. Aceptación de su aspecto físico. Pasada la etapa anterior, poco a poco el niño se irá aceptando y conseguirá quitarse el pañuelo delante de más personas.
Otro consejo que os damos a loas papás y mamás es que si queréis que vengan amigos del cole a verle al hospital o primos, enviadle fotos de cómo van a encontrarle para que así la reacción de los niños no sea chocante y no perjudique al enfermo.
Cuentos:
La cebra Camila
DIARREA, NÁUSEAS Y VÓMITOS
Estos son otros de los efectos secundarios más comunes. Los niños pueden haber experimentado previamente diarrea, náuseas y vómitos derivados de una gastreonteritis. Su experiencia previa es de haber comido algo que les ha sentado mal, haber hecho una dieta blanda cocinada por los padres y curarse. Ahora, es conveniente explicarle que lo que le causa las náuseas, la diarrea o los vómitos es la medicación y no los alimentos, por lo que no tiene que tener miedo a comer.
Puede que a los más pequeños les cueste identificar las sensaciones de náuseas. Para gestionar este malestar podemos utilizar juegos rápidos. Por ejemplo, el juego de los contrarios (alto-bajo, blanco-negro), el veo-veo, etc.
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